lunes, 30 de mayo de 2011

"Mi confrontación con la docencia"


El presente trabajo tiene la intención de recuperar los aspectos más importantes de la unidad 1, en él trato de reflexionar sobre el trabajo realizado en este módulo, incorporando los aspectos de ¿cómo me percibo como docente? y “lo que compartimos”, además de la lectura “La aventura de ser maestro”.

Mi amor por la docencia se inició muchos años atrás, desde que nací tal vez. Mi abuelo materno (Miguel) fue un luchador social incansable, solamente fue a la escuela tres años, antes no había más, pero sabía muchas cosas, fue autodidacta. Recuerdo que me pasaba horas escuchándolo platicar. El creía firmemente que la mejor arma que se le podía dar al pueblo era la educación y, fiel a su ideología, ayudó a construir muchas escuelas.

Mis tíos y mis padres trabajaron en ellas, por mucho tiempo lo hicieron sin recibir pago alguno, hasta que las escuelas se reconocieron oficialmente.

Sin embargo, yo pensaba que mi aportación a la sociedad sería mediante el Derecho, creía que esa sería la forma de buscar la justicia social, así que cuando terminé el bachillerato en el Cetis 86 me inscribí en la facultad de Derecho. Pero, una vez ahí, me di cuenta que esa no era mi verdadera vocación, el derecho no necesariamente tiene que ver con la justicia.

Tiempo después, el destino (o la causalidad) me llevó al CBTis 122, al cual ingresé el 01 de Octubre de 2001. Éste es un plantel con una población estudiantil de aproximadamente 2 500 alumnos, distribuidos en 50 grupos (25 por turno) y cuatro especialidades: informática, mecatrónica, electromecánica y electrónica.

El primer puesto que desempeñe fue como prefecta, mismo que disfruté mucho, creo que después de la docencia es el segundo lugar donde tienes más contacto con los jóvenes, eso me abrió los ojos ante la necesidad de estar en constante superación y fue entonces que decidí seguir estudiando, la UPN había abierto una nueva licenciatura y sin pensarlo dos veces me inscribí en ella.
En el año 2003 ingresé a la Licenciatura en Intervención Educativa, en la cual elegí la línea específica de Intercultralidad. Aunque al principio no sabía muy bien de que se trataba esta carrera, con el paso del tiempo me di cuenta que era justo lo que yo estaba buscando.

Mi primera experiencia como docente fue en año 2007, inmediatamente después de concluir la licenciatura en Intervención Educativa. Tuve suerte, ese año se jubilaron muchos maestros en el plantel donde trabajo, así que no tuve problema para que me dieran un grupo. –De LEOYE, me dijeron; -Es pan comido, pensé. En la Universidad había llevado materias como Teoría Educativa, Evaluación educativa, Diseño Curricular, Creación de Ambientes de Aprendizaje, etc. Además, cualquiera puede impartir esa materia (¡Sí, claro!)

Nada más alejado de la realidad. En la Universidad te dicen que lo ideal es tener grupos de treinta alumnos, aulas espaciosas para poder manejar el ambiente, equipadas con las nuevas tecnologías, etc. Pero resulta que te topas con grupos de 56 alumnos, en un aula donde apenas caben, con butacas en lugar de mesas, se robaron el cañón, la computadora no funciona, el aire acondicionado no tiene agua, tenemos una temperatura casi de 40º y, por si fuera poco, te toca la clase de 12:00 a 14:00 horas. Ah, y para rematar, el programa: lenguaje kinésico, proxémico, icónico; funciones referencial,  apelativa, fática, metalingüística;  variaciones de la lengua, modos discursivos… (¿Eso con qué se come?)

Es entonces cuando te das cuenta que la práctica es muy diferente a la teoría, como relata José Esteve en el texto “la aventura de ser maestro”: se aprende a ser profesor por ensayo y error, en la escuela podemos aprender como es el maestro ideal, los mejores alumnos, las instalaciones perfectas, pero todo eso es teoría, hay que trabajar con lo que se tiene y lograr que los muchachos aprendan y entendemos que nuestro aprendizaje no termina cuando te gradúas, sino que comienza cuando te paras frente a tus alumnos y te enfrentas a la realidad, en el salón de clases, con tus alumnos.

Con el paso de los años he ido mejorando mi práctica docente, tengo más dominio de los contenidos, he incorporado el uso de las secuencias didácticas, este semestre logré que me asignaran una de las salas de usos múltiples para impartir mi clase (éstas cuentan con el doble de espacio de un aula normal, mesas, computadora y cañón), hemos fortalecido el trabajo al interior de la academia para intercambiar materiales y dinámicas. Al contar con estas herramientas ha disminuido la ansiedad a que alude Esteve cuando señala que la enseñanza es una profesión ambivalente. He aprendido a ser más un facilitador que un profesor (el que profesa) y me siento más relajada y segura.

Se que mi trayectoria dentro de la educación es muy corta, estoy conciente que me falta mucho camino por recorrer, que hay mucho por aprender, que es imprescindible seguir preparándome y, que lo más importante es disfrutar plenamente nuestro trabajo.

3 comentarios:

  1. hola Arely, ¡que bonito blog de verdad eh! te felicito.
    Me llama la atención la descripción que haces de tu trayectoria para llegar a ser maestra, que al igual que todos te has hecho en el camino por ensayo y por error, pero te admiro el hecho de que también en tu camino hayas incluido a la superación y la actualización que exige esta Rueva Reforma con el uso de las TIC como unrecurso didáctico.
    En hora buena.
    Saludos.
    Norberto.

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  2. Hola Arely, mira que me has dejado con la boca abierta, no sabía que hubiera alguna escuela que manejara tantos alumnos, no le entendí que clases das, me hablas en chino (ja, ja), y que envidia (¡de la buena ehhh!)que pudieras tener un modelo ideal para iniciarte en la docencia. ¡Muchas felicidades!.

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  3. Hola Arely buenas tardes, revisando tu trabajo “Mi confrontación con la Docencia” considero que al igual que la mayoría de los compañeros nos hicimos docentes por ensayo y por error, tal vez un servidor no llevo una carrera universitaria enfocada a la educación pero como muy bien a puntas las cosa que aprendemos en la universidad nada que ver con la realidad, a que me refiero con esto cuando mencionas que te dicen que los grupos deben ser de 30 alumnos para trabajar mejor, y te das cuenta que la realidad es otra grupos de 55 alumnos y por consiguiente el trato no es el mismo dedicarle el tiempo que tu quieres no te da por la gran cantidad, y por si fuera poco anéxale que son muchachos de bajo recursos que están en el salón de clases pero no les puede entrar la información ya que con “hambre no entra la información” o que están pensando la hora para irse a trabajar y si le agregas aulas en pésimas condiciones, considero que estos factores influyen en el aprendizaje.

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